Creada en la mitad del siglo XX como parte de un proyecto vecinal en Rosario, creció hasta contar con 100 mil ejemplares, casi 20 mil socios y una propuesta pedagógica que la convirtió en un ícono de la ciudad. En la última dictadura fue intervenida y sus profesionales y asociados sufrieron la persecución. Muchos de sus libros fueron quemados y saqueados. Pudo sobrevivir y en 2013 reabrió sus puertas. La Pulseada estuvo allí para contar su historia.
Por Florencia Bossié, Martina Dominella y Josefina Oliva (integrantes de Libros que Muerden)
Fotos Natalia Chudoba y Biblioteca Vigil